Cepillarse los dientes después de las comidas es la mejor manera para mantener las bocas sanas y los dientes fuertes. El cepillado dental es la fase más importante de la higiene oral y requiere el uso de un cepillo de dientes y de pasta dentífrica.
La pasta dental es un gel que ayuda a eliminar la placa y, en algunos casos, tiene otros objetivos secundarios. La placa es una fina capa transparente y pegajosa que se forma en los dientes y las encías a diario. Las bacterias que en ella se albergan son las culpables de la caries dental y la enfermedad periodontal.
A partir del segundo aniversario de tu hijo debes incorporar la pasta dental a su cepillado, ya que en ese momento ya será capaz de escupirla sin tragársela. A veces, limpiar los dientes de tu hijo puede ser complicado. Algunos niños no quieren abrir la boca para permitir que les cepillen los dientes y a otros no les gusta el sabor de la pasta dental. Cuando esto sucede, puede ser por culpa de utilizar un cepillo con cerdas demasiado duras que provoca dolor en sus dientes o encías, o por utilizar una pasta dental que tiene un sabor ideal para un niño.
La pasta dental ideal
La pasta dental adecuada para un niño debe contener flúor, crear un poco de espuma y tener un sabor que le guste al pequeño (recordándole que no se la puede tragar en ningún caso). Hoy en día existen pastas de muchos sabores distintos que se fabrican especialmente para niños: desde sabor de fresa, manzana o incluso chicle.
Teniendo en cuenta que cuando son pequeños pueden equivocarse alguna vez y tragarse un poco de pasta dentífrica en vez de escupirla, es importante que su pasta dental no contenga ninguna sustancia que pueda dañarles en caso de que esto ocurra. La mayoría de pastas dentales infantiles tienen en cuenta esta posibilidad, pero es bueno que te asegures de ello para evitar posibles problemas en la salud de tu hijo.
Si necesitas ayuda acerca de la pasta dental ideal para tu hijo, contacta con Clínica Dental Zendrera e infórmate al respecto.