Muchos son los pacientes que, por diferentes causas, rechinan o aprietan los dientes, durante el día o bien por la noche. De hecho, uno de los principales motivos que conducen al hábito es el estrés. Las fuentes de estrés en la vida de las personas son innumerables, por lo que es importante aprender a controlarlas. El trabajo, las tareas del hogar, los hijos… existen miles de razones que explican nuestras reacciones de estrés y ansiedad. Así, el bruxismo es un hábito parafuncional que se ha extendido entre la población, convirtiéndose en un fenómeno de lo más usual.
Las consecuencias que puede provocar apretar o rechinar los dientes sobre nuestra salud dental son múltiples. De hecho, puede llegar a causar dolor mandibular, de oído y de cabeza, problemas en la articulación temporomandibular, tensión, sensibilidad dental al frío, el calor y los alimentos dulces, insomnio y, lo que es más relevante, desgaste dental severo. Aunque el estrés es el principal motivo relacionado, algunos expertos también han señalado otros factores: oclusales y referentes al sueño. La verdad, no disponer de una oclusión correcta e ideal y potenciar aspectos relacionados con el descanso, tales como la posición que se adopta al dormir, son también capaces de desatar el trastorno.
Para combatir el bruxismo se han utilizado tradicionalmente protectores o férulas dentales, y así evitar el contacto entre los dientes, sobretodo durante el sueño. De este modo, es posible prevenir los daños que el trastorno puede provocar en la dentadura y en los demás elementos bucales y de articulación. Sin embargo, en algunas ocasiones puede que las férulas no solucionen el problema, ya que al dejar de utilizarlas suele volver a aparecer el hábito parafuncional. Por ello, existen otras medidas que ayudan a reducir el bruxismo, tales como ejercicios de relajación, beber mucha agua, dormir adecuadamente, evitar comer alimentos duros y dulces y masajear las zonas afectadas para reducir el dolor.
En los casos más severos de bruxismo puede que el dentista recomiende la regeneración de los dientes. A través del tratamiento más adecuado, el paciente podrá recuperar la forma de unos dientes desgastados y así regenerar y rejuvenecer su sonrisa.
Por otro lado, el bruxismo también puede prevenirse. Practicar deporte para liberar tensiones, disminuir el consumo de cafeína, relajar los músculos de la cara y descansar períodos determinados durante tus actividades diarias son buenas medidas para poder evitar el bruxismo. Aun así, es importante destacar que el bruxismo es un hábito involuntario, por lo que su prevención no es fácil.
El primer paso para eliminar el hábito parafuncional es acudir al dentista. En función de la severidad del caso, éste podrá realizar un diagnóstico y establecer el mejor tratamiento. En Clínica Dental Zendrera velamos por tu salud dental y te ayudamos a combatir el bruxismo.