La halitosis o mal aliento es un problema de salud bucodental que se calcula que afecta a una de cada tres personas. En la mayoría de los casos, está causada por la acumulación de bacterias en lengua, las encías y entre los dientes. A veces, es difícil de diagnosticar el problema ya que uno mismo no es consciente de ello a no ser que el mal aliento sea muy evidente o que otra persona nos lo haga saber. En cualquier caso, es una situación muy incómoda que puede afectar la manera como nos relacionamos con los demás y puede restar confianza y seguridad.
La mejor manera de combatir el mal aliento es con una buena higiene bucodental. Esto incluye la lengua, dientes, encías y espacios interproximales. Además, es recomendable usar una pasta dentífrica con clorofila y reemplazar a menudo el cepillo dental. No debemos olvidarnos de utilizar hilo dental después del cepillado para eliminar mejor los restos de comida de los espacios más pequeños y enjuagar con colutorio para tener el aliento más fresco durante más tiempo.
Es recomendable evitar alimentos como cebolla, ajo, peperoni o salami y bebidas como cerveza, café, whisky o vino, ya que éstos dejan residuos y se pegan a la placa dental. Es importante mantener una dieta equilibrada y prescindir de alimentos que se quedan entre los dientes fácilmente como dulces especialmente los pegajosos. Si después de comer no podemos cepillarnos los dientes, podemos masticar chicle de menta sin azúcar o enjuagarnos bien la boca con agua para eliminar restos de alimentos y malos olores. Beber mucha agua también nos ayudará a producir más saliva que nos protege de bacterias que favorecen el mal aliento. Además, no debemos pasar largos períodos de tiempo sin comer nada.