Las preocupaciones por la estética en nuestra sociedad se han convertido en un tópico común, en algo habitual entre la población. Aunque la imagen incluye muchas zonas corporales, el rostro es la parte considerada más importante, la primera que los demás ven y la vía para mostrar nuestros más profundos sentimientos. Pero la fijación por la estética va mucho más allá, concentrando la atención en la dentadura. Una sonrisa blanca y brillante es una de las metas de la mayoría de personas, que se someten a tratamientos de estética dental incluso de forma excesiva. A la nueva obsesión por unos dientes blancos y perfectos se le llama blancorexia.
Campañas publicitarias, tratamientos milagrosos y el afán para asemejarse a las celebrities ha llevado a muchos pacientes a abusar de la odontología. La verdad, la blancorexia incluso ha llegado a considerarse una patología que, además, va en aumento. Ante la situación, es realmente importante la intervención y la advertencia por parte del dentista, para así informar al paciente de las consecuencias de tratamientos abusivos y sin control. De entre las opciones existentes, el blanqueamiento dental está siendo la más solicitada. De hecho, es una técnica que brinda mayor confianza y seguridad al paciente, que le devuelve la sonrisa blanca que ha perdido con el tiempo y los malos hábitos. El blanqueamiento dental por fotoactivación o luz fría permite activar la acción de los agentes blanqueadores, que trasformarán el producto inicial (unos dientes amarillentos) en el producto final deseado (unos dientes blancos y brillantes). Los resultados son estéticos, duraderos y mejoran notablemente la armonía facial.
Sin embargo, la blancorexia puede romper con la efectividad del blanqueamiento dental. La verdad, como cualquier otro producto de composición química, los agentes blanqueadores no deben ser usados indiscriminadamente sin ser supervisados por un profesional, pues exponerse de manera excesiva a los peróxidos puede ocasionar daños irreversibles. El uso descontrolado de los mismos en altas concentraciones y de forma continuada ataca el esmalte y la pulpa dental de forma irreversible, provocando erosiones en las mucosas de la cavidad bucal y abrasiones.
De hecho, puede incluso afectar la vitalidad del diente y causar la muerte del nervio.
Así pues, la blancorexia es una patología que, como otras, necesita un tratamiento psicológico y un cuidado especial de los odontólogos. Por lo general, se da en pacientes que se dejan deslumbrar por campañas publicitarias, lo que les genera cada vez más y más obsesión por una sonrisa blanca. Los tratamientos blanqueadores eliminan los pigmentos de la superficie del esmalte y generan el aclaramiento deseado, pero siempre debe tenerse presente que no hay que abusar de ellos. En Clínica Dental Zendrera trabajamos por la estética dental de nuestros pacientes en la medida saludable.