Cualquier paciente, sea niño o adulto, puede verse afectado y desarrollar algún tipo de absceso dental. La verdad, según un estudio elaborado en Estados Unidos, una de cada ocho personas busca tratamiento para un absceso dental en un período de dos años. En la misma línea, se estima que en Inglaterra alrededor de 11.000 personas son tratadas para corregir el problema. Pero, ¿qué es un absceso dental? ¿Qué tipologías existen? ¿Cuáles son sus síntomas y tratamientos? Desde Clínica Dental Zendrera respondemos todas tus dudas al respecto.
Científicamente, el absceso dental es definido como una acumulación de material infectado (pus) en el centro de un diente debido principalmente a una infección bacteriana. La situación puede extenderse a los tejidos circundantes, provocando una inflamación de la zona afectada. Cabe destacar que existen dos tipos de abscesos dentales:
- Absceso periapical: en este caso, se forma un absceso en el marco del diente. La tipología periapical es la más común entre los pacientes.
- Absceso periodontal: en este otro caso, el absceso se forma en la encía y en el hueso de soporte de los dientes.
El principal síntoma de la afección es un dolor punzante grave que empeora con el paso de los días y, además, que ablanda y convierte los dientes en estructuras mucho más vulnerables. Un sabor amargo en la boca, mal aliento, sensación general de enfermedad, fiebre, dolor al masticar, sensibilidad dental al calor o el frio e hinchazón de la encía son algunos de los síntomas más evidentes del absceso dental.
Por lo general, cualquier tipo de absceso dental se produce por la combinación de dos aspectos concretos: la falta de higiene dental y el consumo reiterado de alimentos y bebidas azucaradas. La verdad, no limpiarse los dientes y encías de forma adecuada y con irregularidad puede tener graves repercusiones en nuestra cavidad bucal. Por otro lado, dichos alimentos pueden desarrollar caries dental y, como consecuencia, evolucionar hacia una complicación de la misma: el absceso.
Si el paciente detecta cualquiera de los síntomas expuestos, el primero de los pasos es acudir a la clínica dental. El tratamiento del absceso dental puede variar en función de la cusa pero, en casos severos, consiste en drenar el pus, ya sea con un tratamiento de conducto, extrayendo el diente afectado o tratando las encías afectadas. Sin embargo, cuando la infección no se encuentra altamente desarrollada, la prescripción de antibióticos para combatirla suele ser la opción más utilizada. Además, los enjuagues bucales con agua tibia y sal también pueden ayudar a calmar el dolor, así como los analgésicos.
En Clínica Dental Zendrera recomendamos a nuestros pacientes acudir al dentista de forma regular, para así controlar el desarrollo de posibles afecciones dentales, tales como el absceso dental.