La sensibilidad dental es una de las condiciones más frecuentes que se presentan a diario en clínica. Cada vez son más los pacientes que sufren dolor dental, hecho que no les permite realizar determinadas actividades y que, además, afecta  su calidad de vida. Producida por factores diversos, la sensibilidad dental se está presentando como un problema común que afecta entre el 9 y el 30% de la población adulta.

La sensibilidad de los dientes se puede definir como una sensación de dolor agudo y breve, que se expone en determinadas ocasiones como respuesta a algunos estímulos externos. Un dolor intenso, de corta duración, asociado a la excesiva exposición de la dentina y generado por contactos táctiles, térmicos, químicos, entre otros. Debe ser considerada como un síntoma asociado a otras alteraciones odontológicas, como la caries dental, traumatismos dentarios, la recesión gingival, etc. En algunas ocasiones puede ser producida por una combinación de causas.

Prevenir la sensibilidad se basa, principalmente, en establecer una serie de medidas de higiene oral. Es importante mantener una correcta salud bucal, tener unos dientes sanos y fuertes que puedan soportar determinados estímulos externos sin resultar dañados. Existen diferentes hábitos que contribuyen a reducir la sensibilidad dental:

  1. Realizar una correcta higiene oral: una buena higiene se caracteriza por un cepillado diario apropiado, al menos dos veces al día, y la utilización de hilo o seda dental una vez al día. Conseguir establecer la higiene oral como un hábito rutinario permite prevenir muchas enfermedades bucales y reducir la sensibilidad dental.
  2. Usar una pasta dentífrica especializada para dientes sensibles.
  3. Cepillar los dientes de forma suave para evitar la irritación de los tejidos blandos y el exceso de presión sobre los dientes.
  4. Seleccionar un cepillo dental de cerdas suaves para evitar un cepillado excesivamente agresivo.
  5. Utilizar productos dentales fluorados para ayudar a fortalecer el esmalte dental y disminuir el dolor de la sensibilidad dental.
  6. Controlar la ingesta de alimentos ácidos, que pueden dañar el esmalte dental y favorecer la exposición de la dentina aumentando la sensibilidad.
  7. Evitar el hábito de rechinar o apretar los dientes: definido como bruxismo, dicho hábito erosiona la superficie de los dientes provocando una mayor sensibilidad a estímulos externos de cualquier tipo.
  8. Visitar tu dentista de forma regular para mantener unos dientes saludables y realizarte, si es necesario, una limpieza profesional.

Conocer las distintas formas de prevención de la sensibilidad ayuda a los pacientes a reducir el dolor dental. Es importante acudir al dentista si se padece, puesto que éste detectará cuál es la causa principal del fenómeno: un cepillado incorrecto, la prevalencia de caries dental, inflamación de las encías, entre otras. Con suficiente información, se puede actuar de forma preventiva y reducir o incluso eliminar la sensibilidad en los dientes.