La relación entre la alimentación y la salud bucal es indiscutible, no solo entre los adultos, sino también en los niños y los bebés. Es muy importante, incluso en recién nacidos, hacer hincapié en dos factores fundamentales para gozar de una buena salud bucodental: la higiene y la alimentación. Mientras los niños todavía no son autónomos, son los padres los responsables de que su higiene dental sea adecuada. Además, hay que tener especial atención con la caries en los dientes de leche, que es muy agresiva y debe de ser tratada para evitar que los dientes definitivos estén también afectados.
Los padres deben saber muy bien que la alimentación de los hijos afecta directamente a su salud dental. Por ejemplo, una dieta donde abundan el azúcar y almidones es muy propensa a provocar caries. Y sobre todo, ingerir este tipo de alimentos entre comidas es el peor enemigo para los dientes de los más pequeños. Los azúcares y los almidones presentes en refrescos, galletas, dulces o patatas fritas crean ácidos que atacan el esmalte dental y pueden formar caries. Por eso, lo mejor es evitar la ingestión de alimentos entre comidas, o si lo hacen, deben inmediatamente cepillarse los dientes.
Para mantener una buena salud dental en los niños, es fundamental que los padres les enseñen a elegir alimentos saludables, además de inculcarles unos buenos hábitos de higiene dental. Algunos alimentos beneficiosos para la salud oral de los niños son la fruta y la verdura o el queso, ya que al ser muy rico en calcio favorece su desarrollo y fortaleza ósea. Fomentar el consumo de estos alimentos y disminuir el consumo de alimentos muy dulces o pegajosos es una buena manera de cuidar la salud bucodental de los más pequeños.