Los implantes dentales son pequeñas piezas de metal, formadas por un tornillo habitualmente de titanio, que sustituyen las piezas dentales deterioradas o ausentes y que representan la mejor solución ante la pérdida de los dientes naturales. Los implantes devuelven la funcionalidad y la estética a la boca. Los implantes dentales son como raíces artificiales del diente. Están compuestos por titanio puro, un material biocompatible que se une al hueso, y una corona de porcelana que sustituye a la parte visible del diente.
La colocación de los implantes dentales es un tratamiento que presenta un elevado porcentaje de éxito, de entre un 95% y un 98% de los casos. Los implantes dentales están fabricados con materiales especiales que no producen el rechazo de nuestro propio cuerpo; por lo tanto, si no existe ninguna alteración o complicación durante el tratamiento, durarán toda la vida. Al cabo de un tiempo de su colocación, la extracción del implante resulta totalmente imposible ya que se produce una integración total del tornillo en el hueso y el implante se ha convertido casi en un diente propio.
Mantener una correcta higiene bucodental es fundamental cuando se han colocado implantes dentales. Extremar la higiene bucal, evitar la acumulación de placa, prevenir enfermedades como la gingivitis y someterse a controles regulares son las claves del éxito para lograr unos implantes dentales sanos y duraderos. La higiene diaria y el seguimiento y el control, por parte del odontólogo, del estado de la pieza implantada y del resto de dientes y encías es muy importante para asegurar la total integración y durabilidad de un implante dental.
