La mala colocación de los dientes tanto de un niño como de un adulto puede deberse a causas hereditarias, pero también a los movimientos continuos que sufren los dientes durante toda nuestra vida.
¿Sólo es una consecuencia estética?
En muchas ocasiones pensamos que el hecho de tener los dientes mal colocados o torcidos afecta a la estética de nuestra sonrisa, pero no es así. Cuando una dentadura no encaja correctamente puede acarrear serias consecuencias, desde dolores de cabeza, hasta caries o problemas con las encías, por no poder retirar debidamente los restos de alimentos que se acumulan después de las comidas, dificultando una correcta higiene bucal.
¿Se puede corregir?
Unos dientes mal colocados siempre están a tiempo de ser corregidos. Lo ideal para solucionar esta problemática es la colocación de ortodoncia, tanto en niños como en personas adultas.
Existen diversos tipos de ortodoncia entre los más populares se encuentran los llamados brackets, es un tipo de aparatología fija que se mantiene inmóvil en la boca del paciente durante todo el tratamiento.
¿Cuando es el mejor momento para corregir las malformaciones dentales?
Con una técnica de ortodoncia fija, lo ideal es empezar el tratamiento en cuanto se percibe el problema. Cuanto más joven es el paciente, mejor. Lo más recomendable es empezar a los 8 o 9 años, el inicio del tratamiento vendrá determinado por un es un estudio ortodóntico que realizará el ortodontista.
Aunque el movimiento y la corrección de dientes en niños suele ser mucho más rápida y fácil debido a que el hueso no es tan maduro y el movimiento o desplazamiento es mucho más ágil, los adultos pueden someterse igualmente a este tipo de tratamientos.
¿Cuánto dura un tratamiento de ortodoncia?
La duración de un tratamiento es muy difícil de concretar, dependerá de la alteración a corregir y la edad del paciente. Actualmente, un tratamiento medio suele estar en 24 meses aproximadamente.
En pacientes infantiles con problemas en la estructura ósea de la mandíbula el tratamiento suele realizarse en dos fases. Durante la primera fase del tratamiento se corregirán los problemas óseos, sin tener en cuenta la estructura dentaria. Una vez el paciente ya ha cambiado todos los dientes de leche, se podrá valorar el inicio de una segunda fase, en la que se alinearían los dientes definitivos.