Ya explicamos, en un post anterior, la importancia que tenia la educación bucodental en los más pequeños. Esta educación e información que debemos transmitirles, es fundamental para que no desarrollen enfermedades dentales, como por ejemplo la caries, tanto en la niñez como en la edad adulta.
La mejor prevención, y una de las mejores lecciones de salud, son la educación y la transmisión de buenos hábitos de higiene durante la niñez y la adolescencia. Transmitir buenos hábitos de higiene implica ayudarles a cepillarse los dientes y enseñarles la forma correcta de hacerlo, por lo menos dos veces al día, mostrarles la manera adecuada de utilizar el hilo dental, evitar que consuman alimentos entre comidas, o con mucho azúcar, y realizar revisiones periódicas en el odontólogo.
Los odontólogos recomiendan que los niños comiencen a visitar el dentista a partir de los dos años, para controlar el crecimiento dental y para fomentar una actitud positiva en cuanto a la salud bucodental. La prevención de enfermedades futuras pasa por una correcta actitud y por enseñar buenos hábitos de higiene y de alimentación.
Las personas que aprenden unos hábitos correctos durante la infancia, en la edad adulta suelen tener una boca y unos dientes más sanos. Es evidente que si nos concienciamos de la importancia de cuidar nuestra boca desde pequeños, de mayores no nos cuesta esfuerzo mantener una dentadura sana y limpia. Como muchas otras cosas en la vida, la salud bucodental, pasa por una buena educación y una prevención activa.
