salud-dentalEs muy habitual que los niños, desde que empiezan a dar los primeros pasos o cuando ya son mayores y se pasan el día corriendo y jugando, sufran caídas o golpes que puedan afectar a sus dientes y puedan romperlos. Cuando esto ocurre, no hay que dejarse llevar por los nervios ya que estos traumatismos dentales tienen solución. Se trata de lesiones muy comunes en los niños y, si se reacciona con tranquilidad y rapidez, los males pueden ser menores.

Hay que acudir rápidamente a la clínica dental. El tiempo es vital, mejor 15 minutos que una hora para que las probabilidades que el diente arraigue sean mayores. Si el diente está roto en su totalidad, se debe guardar en un recipiente con leche tibia o colocarlo bajo la lengua, pero nunca en la del pequeño ya que con los nervios podría llegar a tragárselo. Una vez en la clínica se comprobará, con una radiografía, si existe algún tipo de lesión.

Si la rotura del diente es parcial, el tratamiento consiste simplemente en adherir el fragmento dental aportado o reconstruir el diente con composite estético. Si es una rotura total, y queda la raíz dentro del maxilar, el tratamiento consiste en desvitalizar la raíz, reconstruir el diente y cubrirlo con una corona de porcelana. Si el diente se ha desprendido entero, el dentista puede volver a ponerlo dentro de la encía y fijarlo a los dientes adyacentes.

En función de la gravedad, los traumatismos en los dientes de leche pueden afectar al desarrollo, color y formación de los dientes definitivos. En estos casos, se debe hacer un seguimiento a largo plazo porque algunos daños pueden aparecer más tarde.